lunes, 11 de mayo de 2015

Museos de Bellas Artes

Museo Fray Pedro Gocial

http://www.museosquito.gob.ec/index.php/item/67-museo-fray-pedro-gocial-san-francisco

Junto a la iglesia de San Francisco, en el Centro Histórico de Quito, específicamente entre las calles Sucre y Cuenca, encontraremos al convento máximo y al museo fray Pedro Gocial de Arte Colonial.
Su nombre se debe a que el día 25 de enero, es el día de la conversión de San Pablo, y a la vez fue la fecha en que se terminó de construir esta pequeña capilla en el año de 1536. El convento fue fundado por el fray Jodoco Rique y fray Pedro Gocial miembros de la orden franciscana.
En este convento ocurrió una de las leyendas más conocidas de Quito, la leyenda de Cantuña.
San Francisco de Asís fue quien fundó la orden franciscana, los mismos que están representados primeramente por los dos escudos de la orden franciscana, uno de los escudos simboliza la cruz con el brazo de Jesús y el brazo de San Francisco y el otro escudo muestra la Tau franciscana, formada por una cruz y los cinco racimos de uvas que representan los estigmas que recibió San Francisco, todos estos elementos los encontraremos en muchas de las obras del convento, a lo largo de nuestro recorrido, además y como último punto está la torre derecha de la iglesia.
A un costado está el cuadro de Antonio Astudillo de la escuela quiteña personificando a fray Jodoco Ricke bautizando a los indígenas. Fray Jodoco, a más de fundar el convento franciscano en Quito funda la primera escuela de artes y oficios y al ser esta orden la primera en llegar a nuestros territorios en la conquista se encargan de la evangelización y educación que podemos verlas muy bien representados.
Hay la representación de una vasija con trigo ya que fue el Fray Jodoco quien trajera la semilla de trigo y la plantara por primera vez en Ecuador, creándose así la primera cervecería de Sudamérica. Algo importante son las mitras en el suelo representando la decisión de Fray Jodoco en dedicarse a la educación de los indígenas al no haber aceptado varios obispados.
La Sala Génesis Franciscana es en donde está el Santo Patrono de la orden de los franciscanos San Francisco de Asís, sin dejar de sorprendernos las obras en las cuales se relata sucesos de la vida de este santo, además vemos una esculturas con movimiento hierático es decir una pose rígida de meditación que no muestra mayor expresión.
Las esculturas que son la de: San francisco XVIII, Santa Clara de Asis XVI, Sto. Domingo de Guzman y San .francisco XVIII. Encontramos un libromisal romano XVII que se utilizaba para las celebraciones litúrgicas de domingos, un libro coral XVIIeste libro se colocaba en el Facistol. Observamos las pinturas de San Francisco despojado de sus vestiduras, en donde renuncia a sus bienes materiales. Se despoja de su vestimenta incluso y es cubierto por el obispo.
Otra obra que hay en esta sala es "La Navidad" en Greccio, simbolizando al pesebre, una de las pasiones que tuvo San Francisco fue la adoración al Niño Dios.
Este cuadro es San Francisco recibiendo los estigmas. Observamos a un ángel seráfico representando a Cristo el coloca los estigmas a San Francisco. Aquí tenemos a San francisco y los votos de obediencia, aquí podemos ver los votos de San Francisco: castidad obediencia y pobreza sin embargo podemos observar que San francisco lleva un cordón con cinco nudos ya que él se consagro con dos votos más de silencio y el voto de consagración a la virgen inmaculada patrona de la orden franciscana.
Francisco Zubaran se le atribuye esta pintura que representa a San francisco capuchino, este pintor utiliza la técnica del claro oscuro que da la impresión de misticismo. Observamos además a Santo Domingo de Guzmán amigo entrañable de San francisco y creador del santo rosario.
Los cuadros de los Santos Terciarios fueron del siglo XVII realizados en óleo sobre lienzo son de los más antiguos del convento atribuidos a Andrés Sánchez Gallpe. Tenemos a San Francisco de Asís y los terciarios franciscanos, pintura en Oleo sobre lienzo de Mateo Mejía. Aquí podemos observar a San francisco que se encuentra con los santos terciarios, Santa Clara de Asis, tenemos a la Santisima trinidad pero algo particular del cuadro es que todos los rostros son el mismo con el de san francisco.
En la Sala de la Procesión de Semana Santa, se observa la imagen de la Virgen de los Dolores tallada en madera, esta imagen se la puede vestir, posee accesorios de plata repujada y es una imagen del siglo XVII, de autor desconocido. Siguiendo nuestro recorrido estamos admirando unas esculturas de la representación del vía crucis, este conjunto escultórico es la representación de la oración de Jesús en el huerto de los olivos. Vemos a Jesús construido en madera de balsa, tallada encarnada y policromada accesorios de metal bañado en plata, obra atribuida al padre Carlos. Otra obra es Los apostales Pedro, Santiago y Juan también tallados en madera de balsa y con la técnica del encarnado son imágenes de vestir autor anónimo este conjunto escultórico pertenece a la escuela quiteña.La Escuela Quiteña se caracteriza por la combinación y adaptación de rasgos europeos e indigenistas. Se puede apreciar que todas las imágenes de cristo poseen las tres potencias que significa que Cristo es omnipresente que está en todas partes, omnisciente que todo lo sabe y omnipotente que todo lo puede.
Se observa una importante colección de Cristos: Cristo de la Agonía de Manuel Chili Caspicara, Cristo de Pampite. Asì mismo veremos el calvario y urna, el calvario es la fiel representación del dolor humano y las urnas fueron utilizadas comúnmente en el siglo XVIII Y XIX utilizadas para guardar y exhibir las imágenes de los santos.
En la Sala Mariana se presenta la tendencia artística con relación a la imagen de la virgen María. Se puede observar obras de Bernardo de Legarda escultor, pintor, tallador que ha dejado una gran huella dentro del arte colonial quiteño. Es así que encontramos el Cuadro la madre del amor hermoso o coronación de la virgen, la escultura del Arcángel Gabriel y Miguel esculturas del siglo XVIII, la imagen de la Asunción de la Virgen María.Aquí tenemos una réplica de la Virgen Inmaculada de quito, la escultura original realizada por Bernardo de Legarda se encuentra en el altar mayor de la iglesia, que se elaboraría el 7 de diciembre de 1734. Esta imagen fue la inspiración para realizar el monumento del panecillo.
En la Sala de Bernardo Rodríguez se hallan pinturas del artista como los Cuatro Milagros deSan Antonio de Padua,El milagro eucarístico de San Antonio de Padua San Antonio predica a los peces, El Milagro de la Dote, El Milagro de la Mula, El Milagro de Resurrección,Coronación de la Virgeny elSueño de Jacob.
En el siglo XVIII se destacó el pintor Bernardo de Rodríguez por introducir la luz en la pintura quiteña y es así como desaparece la técnica del tenebrismo es decir la pintura oscura.
En la Sala de Evangelización en América se observa la ardua labor evangelizadora de la comunidad franciscana. Además se ve la colección de la doctrina cristiana elaborada por Miguel de Santiago y nueve cuadros que representan las letanías de la Virgen en los Copetes: Primer copete-sol, Segundo copete-luna, Tercer copete-estrella de la mañana, Cuarto copete-el ciprés de hermon, el Quinto copete-casa de oro templo de Jerusalén, Sexto copete-espejo sin mancha majestad de Dios y una imagen de bondad, Séptimo copete-torre de David y Octavo copete-palma de racimos y Noveno copete-olivo. Y para terminar observamos aquí la Virgen Inmaculada en baldaquino atribuida al taller de Legarda.



HORARIO:
lunes a sábado 09h00 a 17h30/domingo de 09h00 a 13h00
PRECIOS:
adultos nacionales 2,00 USD/estudiantes nacionales 1,00 USD/tercera edad nacionales 1,00 USD
niños nacionales 0,50 USD/adultos extranjeros 2,00 USD/estudiantes extranjeros 2,00 USD
tercera edad extranjeros 2,00 USD/niños extranjeros 1,00 USD/personas con discapacidad entrada libre



Museo Franciscano del Padre Almeida

http://www.quito.com.ec/que-hacer/arte-cultura-y-patrimonio/309

Este museo, ubicado entre las calles Calicuchima y Farfán (San Diego), conserva la solidez de sus muros y columnas de piedra del siglo XVII. Sus patios interiores se conectan con galerías conformadas por arcos en la planada baja y pórticos cerrados en las plantas altas, los corredores superiores se iluminan con teatinas y lucernario. En la planta baja los muros casi en su totalidad son de adobe. En la planta alta la estructura es de madera y de bahareque y los cielos rasos son de carrizo, zuro y barro.

El Convento de San Diego era la antigua Recoleta de la Orden Franciscana. Es la primera Recoleta del Ecuador, fundada el 29 de enero de 1597 por el Padre Bartolomé Rubio y, la segunda en Sudamérica; la primera está en el Perú, la de Nuestra Señora de los Ángeles de Lima, en el Rímac, (fundada en 1592). Este convento está ubicado actualmente hacia el sur de Quito e inició su construcción a finales del siglo XVI.
Sus paredes guardan preciosos lienzos con alegorías de la pasión de Cristo, de la Asunción de la Virgen María y de la vida de castidad y pobreza de santos como San Francisco de Asís y San Diego de Alcalá, patrono del Convento.
Las obras de este convento poseen una gran riqueza en lienzos, escultura, textiles y platería y llevan el talento de la Escuela Quiteña de los siglos XVII y XVIII y XIX.
Hay piezas que resultan de gran interés para el turista, una de éstas es la ornamentación barroca del siglo XVIII; la imagen de la Virgen de Chiquinquirá; y el Crucifijo por sobre el cual el Padre Almeida salía del convento a sus algarabías nocturnas.
La exigencia en la preparación espiritual de los religiosos obligaba que sus recintos, a los que se llamó recoletas, fueran construidos en "edenes" lo más alejados del mundanal ruido.
La Orden Franciscana obtuvo del Cabildo civil y eclesiástico de Quito la autorización para levantar la Recoleta en el año 1598, bajo la dirección del Padre Bartolomé Rubio, en donde quiteños acaudalados donaron terrenos, llegando a tener una extensión de tres cuadras.
Es así que en el año 1603 se había concluido la iglesia, y el convento estaba en fase avanzada, los patios internos del claustro se acabaron de construir en 1626.
San Diego fue considerada como una casa de retiro para "veinte religiosos de penitente vida", en el año de 1650, pero todavía faltaban pequeños detalles, por lo que en 1689 fue nombrado "Obrero Mayor" de la construcción el famoso Padre Manuel de Almeida.
Es debido a Francisco Cantuña, héroe imaginario quiteño que San Diego toma más fuerza mística. Si bien él pinta como constructor del atrio de San Francisco, sus manos nunca estuvieron allí, sino en San Diego, donde hizo algunos trabajos pequeños de cerrajería por los que cobró siete pesos.

El Convento fue concluido totalmente recién en la mitad del siglo XVIII (1750) tiene 410 su fundación, sirviendo como un lugar de recogimiento y penitencia haciendo que las personas que llegan a él sientan un encuentro profundo con Dios, como museo mismo está abierto desde el 8 de septiembre de 1980, obra que se llevó a cabo en la presidencia del Sr. Jaime Roldós; luego de Oswaldo Hurtado, de la Casa de la Cultura y el Banco Central del Ecuador.
Quito se hace cargo del Museo de San Diego, el 17 de marzo de 2011. Su primer Director fue el Padre John Castro y se decide cambiar el nombre del Museo por el de Museo Franciscano “Del Padre Almeida”.
La puerta principal de entrada a la Iglesia está dirigida hacia la plazoleta, está hecha de piedra y de una arquitectura sencilla conformada por una sola nave, pero esta a su vez está formada por tres tipos de arquitecturas; situando las bóvedas de medio punto, bóvedas de cañón corrido, realizado por dos pequeñas linternas ovaladas abiertas en la bóveda, sus bordes se hallan decorados con una ligera moldura tallada, y pintada de verde y oro, de la que se desprenden rayos también dorados, su arco semicircular con ligera moldura se apoya sobre dos pilastras, siendo este conjunto flanqueado por cuatro medias columnas que soportan un arquitrabe, un friso y un frontón entrecortados por dos ménsulas para dar cabida a un nicho cuadrangular, que también lleva como remate su frontón partido y en el que se ostenta la imagen de una Virgen con el Niño, en piedra policromada.
El presbiterio se encuentra cubierto de manera original integra con un artesonado mudéjar magníficamente conservado. En este punto vemos de manera tan acentuada sus cuatro retablos. En el retablo del altar de San Antonio se ubica una estatua del Santo atribuida a Bernardo de Legarda. Se hallan imágenes de la Santísima Virgen María con las advocaciones del Quinche, La Virgen de la nube, la Virgen de Fátima, y el Divino Niño
El otro retablo está dedicado al patrono de la Parroquia “San Diego de Alcalá” franciscano español, es una escultura original de madera con la técnica del estofado, que data del siglo XVIII, acompañada a sus lados de las imágenes de Santa Rosa de Lima, Santa Isabel Reina de Hungría, lienzos que datan del siglo XVII en la parte superior se encuentran dos corazones que representan el de Jesús y de María sobre estos una paloma que simboliza la presencia del Espíritu Santo.
También está el Calvario que data del siglo XVII, en donde se observa la belleza de Cristo Crucificado, personificando la apacible tranquilidad de la muerte, se le atribuye al escultor José Olmos, mostrando la mirada desesperada en el rostro de Magdalena, la rigidez en la estatua de San Juan su escultor Diego de Robles, y la hermosura ante la faz angustiosa de la Virgen de los Dolores. El retablo del altar mayor data de 1950, están constituidos por las esculturas de La Virgen de la Caridad de Illescas, española del siglo XVIII. El retablo principal es recompuesto ya que fue destruido por los terremotos, pero se arregló el nicho en que se halla la Trinidad.
En el interior de la Iglesia también se pueden observar imágenes de esculturas y pinturas que resaltan la belleza de este lugar, si observamos en la parte superior de los lados del retablo mayor veremos las pinturas de cuatro Papas franciscanos Sixto IV, Pío III, Sixto V y Alejandro IV, con sus respectivas tiras doradas, correspondientes al siglo XVII. A este otro lado encontramos las esculturas del Señor de la Justicia o Señor de la Caña de Diego de Robles perteneciente al siglo XVI, la de Santa Mariana de Jesús, el Sagrado Corazón de Jesús, también encontramos en la parte izquierda del altar mayor la imagen de San Sebastián.
Otra obra de arte en este lugar es la Virgen de Piedra, con más antigüedad que el convento ya que data de 1575, es probablemente una copia de la Virgen de las Mercedes, está hecha de una sola piedra y artísticamente es bastante primitiva y casi desproporcionada, permaneció aquí por algo más de 80 años.
La joya más preciada de esta iglesia es el púlpito, cuya forma se asemeja a un cáliz, por su forma y proporciones, su construcción se le asigna a Juan Bautista Menacho, de 1738, es el segundo mejor púlpito de Latinoamérica, está formado por siete esculturas superpuestas, las cuales se le atribuyen a Caspicara; resaltan las tallas de cinco Santos Doctores de la Orden Franciscana que se alojan en nichos tan bien tallados, que se encuentran formando el copón, sobre este se encuentra el relevante tornavoz formado por cinco columnas decoradas las que se unen en el centro y forman en la parte superior la base de un pequeño pedestal sobre el que se observa una estatua de San Buenaventura en condición de predicar.
Se encuentra también el Osario, situado tras el altar mayor, la puerta tallada en piedra y aproximadamente su peso es al igual a una tonelada, la misma cuenta con un ingenioso sistema de giro la cual se puede abrir bajo una pequeña presión, en el osario reposan algunos esqueletos, se encuentra también la pintura mural descubierta en 1978, la Virgen de los Dolores acompañada a sus lados de Santo Domingo y San Francisco.
La Sacristía es el lugar donde se visten los sacerdotes y donde están guardados los objetos que se usan en las ceremonias religiosas. Actualmente esta sacristía, encierra muy pocas cosas a causa de los terremotos ocurridos en tiempo de la colonia, podemos nombrar la presencia de un Cristo crucificado, de tamaño natural, en actitud de muerto, con la corona de espinas y tres potencias de plata en la cabeza y un crucifijo de marfil, en el que se destacan tres fases al lado izquierdo agoniza, de frente podemos observar con los labios abiertos y sus dientes mientras que al lado derecho está muerto, se le atribuye al Padre Carlos religioso dominico español.
Hay un callejón que une la iglesia a la sacristía en donde hay una puerta en la pared derecha que nos lleva a una pequeña capilla en homenaje a la Virgen de Illescas. Además encontramos dos troncos de árbol de capulí tal y como fueron sacados, sobre los cuales reposan los pisos del claustro superior, ya que en el tiempo de la colonia no había el eucalipto y totalmente originales.
Cabe mencionar que en la mayoría de los conventos se observa a simple vista las pulcras paredes blancas, pero en San Diego luego de haber empezado la reconstrucción en el año 1977 ha dado motivo de encontrar algunos secretos que se guardaban debajo de unas capas de cal, en donde escenas religiosas conformaban un decorado especial a través de los tiempos, es así que la pintura mural que se halla alrededor del patio de la Cruz fue encontrada por primera vez en 1973, cuando la sacristana Madre Sofía Luna encargaba a un albañil pintar los muros de color blanco, al resbalarse la escalera se raspara una parte de la cal, donde Sor Sofía observó un tono verde oliva y con sus uñas empezó a raspar la cal, mirando que daba como resultado un delicado rostro, es desde entonces que se comprobó que en San Diego no habían solamente esos corredores fríos sino eran más vistosos y coloridos, destacando ciertas partes de la vida de Jesús.
El claustro llamado Patio de la Cruz es pequeño, perfectamente cuadrado, rodeado de veinte arcos semicirculares de piedra que reposan sobre sus columnas y encima de los cuales se levantan las celdas y claustros del piso superior. En su centro se levanta un humilladero de piedra, entre higueras y rosales, rodeado de paredes y ventanas de las celdas. Lleva la fecha de concluida la misma: «Acabose, dice, a 6 de junio de 1626».
Nos dirigimos a la Sala de Profundis lugar donde los padres meditaban antes de entrar al refectorio o comedor, en el Refectorio observamos un cuadro que simboliza la Última Cena, atribuida al artista quiteño Miguel de Santiago, en la que el plato frente a Jesucristo contiene cuy y humitas, una preparación andina tradicional, otro cuadro muy importante es la Sagrada Familia realizado por la hija de Miguel de Santiago y data a finales del siglo XVII.
En el Coro, la sillería abre los tres lados del coro, es de dos pozos y tiene 16 asientos en la parte baja y 25 en la parte alta, lo que más nos extraño es que no tuviese relieve de ningún tipo. Los respaldos sin llanos, los brazos terminan en un pequeño caracol. En un lugar del relieve típico en casi todas las sillerías del mundo, en San Diego posiblemente por falta de recursos se pintó el respaldo por no dejarlo sin decoración alguna.
El Campanario consta de 3 campanas.
Hay una habitación que simula a la del Padre Almeida en donde vemos la cama del Padre Almeida realizada con cuero de vaca en tiras, sus instrumentos de penitencia, su guitarra, sus albas (vestimenta) su hábito y sus casullas; al frente está otra habitación cuya única diferencia solo es en la cama ya que esta tendrá cuero de vaca pero en una sola tira.

En la Sala Barroco se recalca la magnitud o la belleza de los marcos totalmente barrocos, como es el cuadro del pintor de la escuela quiteña, Miguel de San Diego, “EL CRISTO AGONIZANTE”. Que según la historia que Miguel de Santiago pintor de la escuela quiteña, quiso pintar a Cristo en Agonía. Un día hizo posar a uno de sus estudiantes y lo crucifico mientras el artista retrataba la escena, le pregunto al alumno si es que estaba sufriendo y él respondió que no. Miguel de Santiago cegado por la ira atravesó al alumno con una lanza para fingirle más dolor y continúo retratándolo. Cuando terminó el cuadro libero al joven pero este ya había muerto, dice la leyenda que este fue el último cuadro que pinto el artista por el trauma que le causó la muerte de su alumno.
Se observa también el Retrato del Padre Almeida, la historia cuenta que este lienzo es el retrato del Padre Manuel Almeida, quien protagonizaría la conocida leyenda del Padre Almeida, fue uno de los personajes más celebres de San Diego en el siglo XVII nacido en Quito, fue hijo de Don Tomás de Almeida y Doña Sebastina Capilla, nació en el año de 1646.

Horario:
Lunes a sábado: de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00. Domingos: de 10:00 a 14:00
Costo: 2$



Museo Fray Pedro Bedón

http://www.quito.com.ec/que-hacer/arte-cultura-y-patrimonio/197

El convento de Santo Domingo fue fundado en el año de 1541; es considerado el segundo monasterio más antiguo en la historia de Quito. Posee seis retablos y seis patios, los cuales se convirtieron en cuarteles militares durante la Revolución Liberal.
El Museo Dominicano se encuentra divido en tres salas, las cuales poseen una gran variedad de obras tanto en pintura como en escultura.
La primera sala describe los inicios del convento de Santo Domingo, muestra esculturas de sus dos fundadores, San Francisco y Santo Domingo. Estas esculturas están elaboradas con la técnica del encolado, fueron elaboradas por Francisco Albán.
Hallamos una escultura de Santo Domingo de Guzmán, realizado por Bernardo de Legarda, un gran maestro de la Escuela Quiteña. Todas estas obras de arte datan del siglo XVIII. En la segunda sala, todas las obras que datan del siglo XVII poseen una gran sincretismo, es decir las piezas poseen tanto una tradición indígena como simbología de la fe católica; es posible hallar influencia árabe ya que los españoles fueron invadidos por los árabes y por esta razón las esculturas tenían esas características.
En ésta sala encontramos varias esculturas que poseen ojos de vidrio, fueron talladas en madera y cubiertas con pan de oro.
Aquí podemos observar obras del siglo XIX el cual fue la etapa de la decadencia de la Escuela Quiteña ya que ocurrió la época de la independencia y todo el presupuesto fue utilizado para la guerra.
Una pieza que muestro el ejemplo de la decadencia es la de San Pedro Mártir; es una obra simple que posee un tallado rústico.
Fray Pedro Bedón se convirtió en el padre de la escuela de arte en Quito, a su vez fue considerado como el primer pintor muralista.
La tercera sala posee varias obras que fueron realizadas por el Fray Pedro Bedón. Entre sus trabajos más importantes encontramos: los Libros Corales que poseen una decoración vegetal y una pasta de cuero. Estos libros fueron elaborados en el año de 1688.
Se puede observar cuadros de Miguel de Santiago como La Trinidad, también la escultura más destacada de Bernardo de Legarda, la Virgen de Quito.
Finalmente, el Refectorio es el lugar donde antiguamente los sacerdotes se reunían a comer.
El techo es de madera y se lo denomina Artesonado, posee pinturas que revelan la vida de Santa Catalina de Siena. Alrededor de estas pinturas se encuentran los 54 mártires que murieron por tratar de evangelizar y difundir su religión en diferentes partes del mundo. Tiene un púlpito que lo utilizaban para leer la Biblia mientras los demás comían, se decía que “mientras comía el cuerpo, el espíritu también lo hacía”.
Encontramos una hermosa sillería compuesta por altos relieves que fueron elaborados en el siglo XVI.
En los corredores de este gran convento encontramos obras de: Víctor Mideros, Fray Enrique Mideros. Una de las obras más importantes de Fray Enrique es Jesús Obrero, la cual representa la unión del comercio entre las regiones del Ecuador.




Horario:
Lunes a Viernes de 9h00 a 13h30 y de 14h30 a 16h30 Sábados 9h00 a 14h00.
Costo: Adulto Extranjero: 2,00 Niño, tercera edad y estudiantes extranjero: 1,00 Adulto Nacional : 1,00 Estudiante, escuela, niños y Tercera edad: 0,50


Museo Miguel De Santiago

http://www.quito.com.ec/que-hacer/arte-cultura-y-patrimonio/293

La construcción del Convento de San Agustín, ubicado entre las calles Chile y Guayaquil, en el Centro Histórico de Quito, se inicia a partir del año de 1580 con planos del Arq. Francisco Becerra. En el año de 1606 Juan del Corral se hace cargo de la construcción de la iglesia definitivamente y del convento la cual es concluida en 1650.
La extensión del convento era hasta la actual Plaza del Teatro, el barrio de la Tola incluyendo los molinos del Censo, hoy en día cuenta con menos de una manzana.
El convento cuenta con una serie de corredores compuestos por 9 columnas toscanas de capitel dórico, 2 pilares y 10 arcos de medio punto peraltados. En cada pared se destaca una galería en la que se puede observar 39 lienzos de los cuales 25 pertenecen a Miguel de Santiago, con su técnica del claro-obscuro, en los que se detalla la vida y milagros de San Agustín, estos lienzos están basados en grabados editados en Europa por Boswell y fueron concluidos en 1666, conservándose casi completa la colección. Además hay 12 lienzos anónimos, atribuidos a la Escuela Quiteña, del Siglo XVII y 2 lienzos pintados por Luis Cadena, de origen quiteño, perteneciente Siglo XIX, el cual se destaca por realizar pinturas de gran tamaño. Hoy en día estos lienzos se encuentran en la bodega de restauración y se dice que estarán listos para el mes de julio.
Se puede observar el claustro alto o segundo piso, con una construcción agradable y diferente al primer claustro, aquí se utiliza las columnas toscanas dóricas pero más pequeñas y en número de 20, además utilizan arcos rebajados. Todo este conjunto se lo conoce como interlocutorio.
El tercer piso, construido en 1943, posee los mismos detalles de construcción que el nivel anterior, pero aquí se utiliza cemento y vidrios, en vez de piedra, su objeto de construcción es dar equilibrio a todo el conjunto arquitectónico con previsión a dormitorio.
El convento posee un solo jardín de estilo colonial con una pila central, siendo el director de la obra Basilio de Rivera. Esta pila fue trabajada en un periodo de 10 años empezando en 1659, posee 41 piedras en su base cuadrada y una sola roca, da lugar a los platos centrales, se encuentra rematada por una escultura que simboliza los sentimientos agustinos (León = Fortaleza, Niño = nobleza).

La obtención de las piedras para levantar casi todo el convento se obtuvo en el volcán Pichincha y fueron trasladadas por las propias personas del lugar, también podemos observar una gran cantidad de plantas ornamentales que le dan un colorido muy especial.
Desde cualquier parte del convento se puede ver la torre la cual alcanza 40 metros de altura y remata con una escultura de San Agustín realizado en madera. Formada de 5 cuerpos, los 2 primeros donde se ubica la portería y al tercera sala del museo son de estilo Manierista “A manera de” y los tres últimos cuerpos de estilo Neoclásico con la diferencia de que estos últimos poseen materiales constructivos más livianos como la piedra pómez y así evitar el hundimiento de la torre, por sobrepeso.
El Corredor Oriental, hecho de un cielo raso, de estilo Mudéjar que es la implementación de figuras geométricas para decoración, de este techo, pende el fruto del pino (piñas) y posee una serie de decoraciones florales y pan de oro.
Este estilo decorativo se podía encontrar en los 4 corredores; lamentablemente en el año de 1895, época de confrontaciones entre liberales y conservadores, los conventos se transformaron en cuarteles militares y fue utilizado el techo para la práctica de Tiro al Blanco, lo que provoco la destrucción casi total de este.
También se encuentra la histórica Sala Capitular, que es la habitación más grande del convento. El piso es de ladrillo pastelero hecho en Quito. El objetivo principal de su construcción era albergar a la comunidad agustina es por este motivo que la sillería que se dispone alrededor de la sala fue trabajada en madera de cedro negro al natural, con estilo barroco español (hoja de acanto, flores y frutos) acompañado de un modelo de concha que muestra a Santiago de Compostela. Esta sala tiene capacidad para 150 personas aproximadamente.
Antiguamente fue utilizada como aula Magna de la Universidad de San Fulgencio en 1586 en la que se dictaban clases de Teología y Filosofía y rama de Bellas Artes. Después de su inauguración en 1741 se la emplea para los capítulos, era una reunión importante dentro de la orden Agustina por la elección de uno de sus miembros, esta elección se la realizaba cada 3 o 4 años y solo en esa ocasión se abría la sala.
Ya en siglo XIX el 16 de agosto de 1809 se accede la entrada de personas extrañas al convento para firmar las actas de independencia. Para esta reunión se trabajó un acta con los nombres de los personajes reunidos. Los materiales aquí empleados son: el peregrino (cuero de oveja) y las pinturas naturales, la escritura se la realizaba a mano casi siempre en estilo Gótico. Podemos decir que uno de los personajes más importantes de aquella reunión fue Juan Pio Montufar o Marques de Selva Alegre, además se escribió los nombres de sus ministros o secretarios de estado y los representantes de los barrios quiteños de San Roque, Santa Barbará y La Catedral.
Un año después se produjo la masacre de los Próceres de la independencia en el Cuartel Real de Lima, el 2 de agosto de 1810, los restos de algunos de estos personajes fueron enterrados en el antiguo cementerio de la comunidad hoy denominadas catacumbas. La lista de sus nombres quedo dentro de la sala y fue elaborada también en pergamino.
En la Estancia de Miguel de Santiago, nombre por el cual lleva el museo, en la Primera Sala, se pueden observar algunos anónimos atribuidos a la Escuela Quiteña y a los alumnos de Miguel de Santiago. Además 4 pinturas del siglo XVII pertenecientes a Bernardo de Rodríguez, en los que plasma a cuatro santos muy importantes dentro de la Iglesia Católica, estos son: San Gregorio, San Agustín, San Ambrosio y San Jerónimo. La utilización de los colores rojo, azul, blanco y sobre todo el color dorado, fue una de las características de estos lienzos. Hay, también, un estandarte del siglo XVII de autor anónimo, hecho en lienzo templado y óleo, en el que se dibuja a Santa Rosa de Lima. Sobresalen también esculturas del siglo XVII de varios autores anónimos los que se caracterizan por ser tallados en madera, estucados y policromados, además cubierta de pan de oro y ojos de vidrio. Ellas son: San Miguel, San Rafael, El Niño. Por último, en esta sala se presenta un Libro Coral del siglo XVII, elaborado en pergamino (cuero de oveja), con pinturas vegetales y escritura a mano. Tiene una pasta de madera forrada de cuero bastante pesada.
La Segunda Sala representa los siglos XVII, XVIII y XIX. En el siglo XVII sus esculturas utilizaban mucho pan de oro en la vestimenta, los ojos eran pintados en la misma escultura, de encarne mate y rasgos físicos ligeramente toscos, especialmente el rostro y las manos, como por ejemplo la escultura de San Pedro, en cambio en el siglo XVIII se utiliza ojos de vidrio, poseen un encarne más brilloso el que era obtenido por roce de la vejiga del cordero contra la escultura. Los detalles de la anatomía son mucho mejor terminados que el siglo anterior, podemos mencionar al Cristo Resucitado, San Gabriel.
En el siglo XIX las esculturas podrían utilizar ojos de vidrio o ser pintados en la escultura. Esto depende del material de trabajo, pues en algunas ocasiones se emplea el yeso como material de trabajo. Estas son: San Bernardo y Niño de Praga.
Respecto a las pinturas, se pueden ver muchos lienzos, algunos de ellos pertenecen a Miguel de Santiago o a sus discípulos por utilizar la misma técnica oscura. La introducción del castellano como un idioma que sirve para conocer varios detalles que el cuadro presenta a su propio contenido, es un dato muy importante. En una de las esquinas inferiores se puede observar uno de los cuadros más destacados por llevar las iniciales de Miguel de Santiago, este cuadro es La Visita de Cristo a San Agustín.
También sobresalen una serie de cuadros importantes por su forma de trabajo, la cual utiliza el rombo como diseño. Son 7 lienzos que plasman a San Agustín y sus características.
El Coro conserva la sillería de cedro y su artesonado original. Aquí hay un órgano de viento traído desde Alemania el cual consta con 150 tubos, funciona a través del fuste, desde este lugar podemos divisar la iglesia que presenta planta basílica, es decir que la extensión de las 3 naves es la misma pero reforzada por arcos fajones. Este diseño permite presentar las lunetas y la fácil penetración de la luz natural por las mismas hacia el interior de la iglesia. Toda la iglesia es pintada en óleo, su pintura es moderna y alegre; tiene una variedad de dibujos, figuras y emblemas; y en los arcos, retratos de santos diversos. Es una de las iglesias más coloridas y alegres de Quito. Presenta pequeños retablos o altares dispuestos 5 por cada nave lateral, cada uno tallado en madera con diferentes estilos y cubiertos de pan de oro.
Al frente está el Altar Mayor, tallado en madera y recubierto con pan de oro y una coloración lila veteada a manera de mármol, presenta 2 cuerpos: el primero tiene 3 nichos u hornacinas divididas entre ellos por columnas estriadas corintias, en donde descansan las imágenes de San Agustín, La Virgen del Consuelo y Santa Mónica. En el segundo cuerpo solo existe un nicho principal adornada con columnas salomónicas corintias. En este nicho se encuentra la imagen de la Trinidad y en los remates laterales están San Pedro y San Pablo.

Finalmente, se pueden observar 2 cuadros grandes e importantes: al lado derecho: “La Regla” cuadro colosal del siglo XVII, trabajado por Miguel de Santiago con dimensiones de 8m. de alto por 6m. de ancho aproximadamente y al lado Izquierdo: “La conversación de San Agustín” pintado por Luis Cadena en el siglo XIX , más pequeño que el anterior, pero sin embargo está dentro de los cuadros colosales.



Horarios: Lunes a viernes: de 09h00 a 12h30 / de 14h00 a 17h00. Sábado: de 09h00 a 13h00.
Costo: Adulto: 2,00 Universitarios y tercera edad: 1,00 Niños y Colegiales: 0,50



Museo-Convento Del Buen Pastor



Está ubicada en la Recoleta donde antiguamente funcionaba la Recoleta de Nuestra Señora de Francia construida por Fray Pedro Bedón en el año de 1600. Originalmente, el plano de la Iglesia obedece al clásico esquema de todas las Iglesias del Buen Pastor: Una planta de cruz latina. La construcción tiene un largo total de 34 metros y muros de adobe de 1.70 metros de ancho, durante el recorrido extenderemos un poco más las características de la Iglesia.
Por orden del presidente de la República, Gabriel García Moreno, éste convento fue cedido a las religiosas del Buen Pastor el 22 de Agosto de 1871, las cuales llegan del Canadá para dar su labor misionera en el Ecuador, principalmente dedicada a la educación femenina y a la rehabilitación de mujeres.
En la Sala de la Fundación se ubican personajes que impulsaron la fundación y estadía de la orden en América, como son el Monseñor Rafael Valentín Valdivieso, Gabriel García Moreno y a la Santa María Eufrasia Pelletier, fundadora de la congregación y familia del Buen Pastor.
En la Sala de la Virgen Dolorosa del Colegio está el cuadro de la Virgen Dolorosa conjuntamente con la Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Virgen de la Escalera del Fray Pedro Bedón. El Antecoro es el lugar utilizado por las hermanas contemplativas, las cuales guardaban el voto de silencio y solo podían hablar durante 20 minutos para decir sus problemas, penas o culpas.
Aquí también hay un Cristo crucificado, llamado "El Calvario", de estilo barroco acompañado de San Juan al lado derecho y de la Virgen María al lado izquierdo, además de una antigua biblioteca donde aún se mantienen libros en latín, italiano, alemán y francés.
Dentro de la Igleisa el coro alto es sostenido por dos columnas de capitel corintio y la mesa del altar mayor es de bronce cincelado y dorado, con cristales y esmaltes. En la parte baja del altar se encuentran las imágenes de Santa Teresa, el Sagrado Corazón y los cuatro evangelistas, procedentes de Francia. El Vía Crucis lo regaló don Domingo Fernández Concha, hermano de la Religiosa del Buen Pastor Josefa Fernández Concha.
Durante su estadía en Francia, la superiora del Monasterio, Madre Teresa Letocart, también envió a San Felipe valiosos objetos para alhajar la Casa y la Iglesia, como el Altar Mayor, dos altares pequeños, imágenes del Corazón de Jesús, del Corazón de María, del Buen Pastor, de la Inmaculada Concepción, de San José, dos Custodias, candelabros y lámparas.
En la Sala Capitular se leían capítulos, es decir problemas por los cuales estaba atravesando el convento. Las madres superiores eran las encargadas de tomar las decisiones. Actualmente se la utiliza para reuniones con la diferencia que el acceso es para todas quienes pertenecen a la orden. A su alrededor se encuentran cuadros de las religiosas misioneras superioras generales y provinciales de diferentes países quienes estuvieron a cargo del convento desde sus inicios hasta el día de hoy.
Hay cuadros de las religiosas del Buen Pastor llamadas a una misión de reconciliación que expresan su carisma de amor misericordioso a través de una vida apostólica o una vida contemplativa. En la Sala 5 se personifica como las madres daban clases de diferentes materias desde matemáticas hasta moral. Los conocimientos estaban divididos por clases tenemos la de San José para niñas maltratadas o que venían de la calle donde se enseñaba aspectos espirituales y éticos , en la clase del Sagrado Corazón de Jesús se enseñaba asignaturas, es así que se crea el Colegio Ángel de la Guardia del cual en la actualidad solo queda la escuela.
También hay un cuadro donde se ve representado como fue originalmente la recoleta. En este lugar observamos los utensilios que las madre utilizaban para alimentarse, los cuales eran siempre de color blanco con una tarina y agua conjunta ya que en la misma mesa debían lavar su vajilla para guardarla y recolectar las cascaras y semillas de las frutas para volverlas a sembrar en el huerto que tenían ubicado en la Avenida.

En el segundo piso hay una madre orando ya que una de sus frases es “En el silencio de la oración nacen los grandes pensamientos y se realizan las grandes obras” Sta. Ma. Eufrasia.
Pasaremos a la Sala 6 para ver las actividades que realizaba la comunidad de hermanas contemplativas, aquí podemos observar máquinas de coser antiguas, hilos, lana, planchas a vapor entre otros materiales. Los objetos que se encuentran son tapetes, escarpines para bebes, tejidos de fivrolité, banderas y bandas presidenciales las cuales son realizadas por las hermanas desde la época de Gabriel García Moreno, siendo la última la elaborada para el presidente Rafael Correa Delgado.
El Rincón de la Liturgia se encontraba en el retablo mayor y aquí se colocaba el cáliz, hay una representación del presbiterio con un coral escrito en latín, el baúl que perteneció a la Sra. Mercedes Suárez madre de Mons. Federico González Suarez dentro de este tenemos fotografías, crucifijos, velos, etc.
A lo largo de esta sala se puede observar los materiales que utilizaban para la preparación de vinos, ostias y velas. Diferentes banderines y vestimentas de sacerdotes elaboradas por las hermanas las cuales tienen una particularidad en cada hebra que cruzan se dice una oración para dar bendiciones al dueño del tejido. Hacia al fondo hay una recreación de una celda conventual (dormitorio) conformada de su cama tapada en rectángulo con sábanas blancas que representan la pobreza, su baño en forma de silla más utiliza en la noches, su vasenilla, su lavadero y su mueble de oración con el rosario y biblia.




Museo de la Catedral

http://www.quito.com.ec/que-visitar/centro-historico/390

La Catedral se ubica en la Plaza Grande, entre las calle García Moreno, Espejo y Venezuela. Se ha abierto al público desde el año 2000, pero su historia empieza en 1535, cuando luego de la fundación española de Quito, se prosigue a la traza de la ciudad entregándole al primer cura de Quito, Juan Rodríguez, este solar donde se levantara una iglesia humilde de paja y tapia. En 1562, se la derribó para construir el nuevo edificio, con las bases de piedra, paredes de ladrillo y cubierta de tejas. En este entonces comenzó la construcción actual de la iglesia el obispo García Díaz Arias, y la prosiguió el siguiente obispo, gran constructor, Pedro Rodríguez de Aguayo.

Una quebrada honda que corría hacia la parte de atrás impidió que se la edificase con frente a la plaza mayor; entonces se tendió a todo lo largo de su flanco norte un atrio de piedra. Con la colaboración entusiasta de los vecinos y trayendo la piedra del Pichincha, la obra se terminó entre 1562 y 1567. Y tuvo su consagración en 1572. La estructura externa de la iglesia impacta con su presencia de muros blancos, su cúpula de cerámica verde vidriada, el arco de Carondelet y la escalinata lobulada que desciende articulando la Catedral y la Plaza. Su entrada principal se encuentra hacia la calle García Moreno, siguiendo orientación este oeste, y salvando la que era la quebrada de Zanguña.
Para comenzar con nuestro recorrido comenzaremos con la primera sala que la Sala de La Capilla de Santa Ana, cual se habla del siglo XVII, con sus efigies que apenas caben en sus hornacinas, como son las de: María, José y el Padre San Joaquín. La iglesia posee un estilo barroco Quiteño, con un majestuoso retablo construido por el gran artista Manuel Chili en el siglo XVIII, con columnas helicoidales y querubines como elementos decorativos. Tiene en la parte superior tallado a un Jesús Rejuvenecido.
La capilla de san Pedro se destaca por el tallado del primer Papa de Roma. También cuenta con una silla de plata pura repujada, aquí también podemos apreciar los tallados de San Francisco de Pádua, quien se flagelaba con una piedra por cada terremoto que había en la ciudad.
A continuación podemos observar el lienzo de Bernardo Rodríguez, quien fue un pintor que se inclinó por los colores claros, en una técnica popular y graciosa. Este cuadro muestra la Conversión de San Pablo, en los que podemos apreciar tres escenas, las cuales muestran la matanza, la ceguera y cuando Jesús le habla a Pablo.
Se puede visualizar la presencia del personaje Saula, quien era un cazador de humanos. Entre 1802 y 1803. Bernardo Rodríguez trabajó cuatro grandes lienzos que se encuentran en las naves laterales: la pesca milagrosa; curación de un pobre por San Pedro; conversión de San Pablo y San Pablo picado por una víbora.

La Capilla de las Almas merece un sublime respeto ya que es una de los más especiales espacios en los interiores de la iglesia. No ha sido tocada desde la fecha de su edificación, en el siglo XVI. Aquí se puede destacar sus tres cupulines diferentes. El derecho es ovalado, el de la izquierda es en forma de cono y en central es cilíndrico. En la parte posterior de la capilla se destaca un pequeño cementerio donde están personajes distinguidos como: Joaquín Pinto, Manuel de Samaniego, Bernardo Rodríguez, y Juan Manosalvas De La Torre quien fue trasladado por González Suárez, ya que le tenia una gran admiración, y lo hizo llevar años después de su muerte a la Capilla de las Almas en el interior de la Catedral, donde aún reposan sus restos hasta en día de hoy. Aparte del cementerio mencionado también podemos encontrar a mano derecha el mausoleo de Carlos Montúfar a la derecha de la entrada a la capilla. Por si no lo saben Carlos Montúfar, fue hijo del Marquéz de Selva Alegre Juan Pío Montúfar, el cual heredaría su patrimonio, sus ideales y su intelectualidad.
Aquí también se encuentran los restos de José Ignacio Checa Ibarra, que fue asesinado por Veintimilla.
Se puede apreciar el retablo del siglo XVIII, bastecido por Caspicara. Una figura tallada de Cristo Redentor. También posee el Gallo de la Abnegación que fue tallado por el padre Carlos, sevillano, obra del siglo XVIII. Como pueden apreciar existe una figura tallada a tamaño natural, es un Cristo con los tres poderes, que todo lo sabe, todo lo conoce, y todo lo siente.
En el Retablo mayor se puede ver la Asunción y coronación de la virgen, triunfo de la cruz, virtudes teologales, artesonado y enjutas de la nave central, y el coro. Esta pintura mural fue obra, a principios el siglo XVII, de Miguel de Santiago; pero, este Lienzo cae con el terremoto de Riobamba del 4 de febrero de 1797. Siendo restaurado por Manuel de Samaniego. En la parte inferior del pulpito se encuentran un total de 22 sillas, y en la silla central es donde se siente el actual Arzobispo de Quito. También se puede observar 4 candelabros de bronce, que fueron obsequiados por la iglesia de la Compañía, cuando esta se destruyó y estaba en reparación.
Con el auspicio del Barón de Carondelet, Presidente de la Real Audiencia de Quito y el Obispo Cuero y Caicedo, se inicia la restauración a principios del siglo XIX. El arquitecto español Antonio García es el responsable de la reconstrucción de la iglesia y es quien introduce el estilo neoclásico en la arquitectura del templo.
Mientras que para la restauración interna tres de los artistas quiteños más afamados de la época: Manuel de Samaniego, mestizo perito en arquitectura y pintura quien dirigió la remodelación interna de la iglesia. Bernardo Rodríguez de la Parra pintor mestizo hermano de madre de Samaniego y Manuel Chili “Caspicara”, escultor indígena.
La remodelación del coro implico la construcción del retablo del fondo para enmarcar el lienzo de la Asunción y Coronación de la Virgen pintado por Samaniego.

Algo llamativo es el mausoleo del Mariscal Antonio José de Sucre; éste es un lugar de descanso para gobernantes y un lugar de devoción a los héroes de la Independencia, la Catedral está repleta de historias secretas. Las placas grabadas, que podemos apreciar que se encuentran forrados las paredes exteriores, honran a los padres de la Independencia. Aquí descansan los restos de la figura más célebre de la Independencia de la ciudad, Antonio José de Sucre, los cuales fueron encontrados en 1900 en la Iglesia del Carmen Bajo y lo trasladaron a la Catedral en una urna de mármol de carraca y oro. Este mausoleo se encuentra junto a la Sacristía. Y se inauguró en 1932, fecha que de forma solemne se guardó la urna en un sarcófago de granito. El mausoleo presentaba problemas en su cubierta, fisuras, manchas de humedad y hongos, fue por esto que la consolidación estructural motivó a asegurar las condiciones de resistencia de la cúpula.
La capilla de la virgen maría posee un estilo barroco quiteño atribuido a Manuel Chili o Caspicara, hecho de madera tallada; según los datos es una capilla antisísmica, con columnas con querubines; porque a los ojos de dios todos somos iguales; pero, para el artista todos somos diferentes y se pueden divisar rostros de gente mestiza. Aquí se puede ver sincretismo.
Todo lo que hoy se aprecia fue completándose a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, A fines de este siglo se edificó el domo que corta por la mitad el atrio y se abre en escalera circular al parque, que, con el nombre del presidente de la audiencia que lo hizo, se conoce como el "templo de Carondelet". Si pueden divisar existe un pequeño altar que tiene una placa conmemorativa que marca el lugar donde el presidente Gabriel García Moreno murió el 6 de agosto de 1875.
La Catedral es una intrigante fusión de formas: arcos góticos llevan a un techo morisco, mientras el coro neoclásico es adornado por una silla episcopal, rodeada por esculturas coloniales de Caspicara. Y las tres naves son claramente barrocas. Entre este mezcla de estilos, podemos ver que cuenta con una historia de la vida en el sacerdocio en el siglo XVII, los libros corales, objetos de plata que fueron dejadas por los feligreses y las túnicas usada por los sacerdotes.

Horarios: Lunes a sábado: de 09:30 a 17:00
Costo: $ 1,50 Adultos; Niños y Tercera Edad $1,00.




Museo Fray Antonio Rodríguez – Guápulo


Este museo se inició 4 de diciembre del 2001 en el interior del santuario Franciscano de Nuestra señora de Guápulo iglesia y la antigua sacristía han sido habilitadas como museo, el cual funciona bajo supervisión franciscana.

El museo cuenta tres salas de exposición con obras restauradas, la restauración del santuario de Guápulo y sus bienes culturales fueron realizados desde 19987 hasta 1993.
El nombre “Guápulo” proviene del idioma chibcha, de origen caribe y su significado en español es “Papa Grande”. Ubicado al noreste de la ciudad de quito por el legendario camino al “País de canela” a 2.690 msnm.
Al principio no hubo sino una ermita, en 1.596 el obispo López Solís muy devoto de la Virgen de Guápulo, le edificó una iglesia, medio siglo más tarde en 1.649 se comenzó la actual iglesia bajo la vigilancia de Antonio Rodríguez. El púlpito fue tallado por Menacho en 1.716 y es considerado como uno de los más bellos del Nuevo Mundo. La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe que allí se honra fue tallada por Diego de Robles y policromada por Luís de Rivera.
En la arquitectura del santuario se llevó a Guápulo a Miguel de Santiago y al joven Nicolás Javier Goríbar para la obra pictórica; de esto solo queda un retablo firmado en el templo. Miguel de Santiago pintó lienzos para los marcos de los retablos y cuadros con asunto de los milagros de la Virgen.

El templo actual se inició hacia 1650 en reemplazo del primitivo. Debió de concluirse alrededor de 1685, después de que el cura José de Herrera y Cevallos lograra reunir a los mejores artistas de la época en torno a la obra. A más del arquitecto Iranciscano Iray, Antonio Rodríguez, consiguió al capitán Marcos Tomás Correa para que diseñara los retablos, a Juan Bautista Menacho para que los labrara, al igual que el extraordinario púlpito; a Miguel de Santiago para que pintara los milagros de la Virgen, y a Nicolás Javier Goríbar para que ejecutara un curioso retablo arquitectónico, pintado sobre una gran tela el cual podemos visualizar.
La planta baja de la iglesia es una perfecta cruz latina, caracterizada por la ausencia de capillas laterales, por lo que los altares y retablos de la nave se desarrollan bajo los arcos formeros. El crucero se destaca por la alta cúpula de media naranja sobre tambor, exteriormente recubierta de tejuelo verde. Al costado occidental del presbiterio se encuentra una pequeña capilla con un singular retablo que alberga la imagen de la Virgen de Guápulo, mandada a pintar por el párroco Herrera y Cevallos, que recorrió la América española recogiendo limosnas para la construcción del templo. Por el otro costado se encuentra la antigua sacristía, hoy organizado como un pequeño museo, y junto a ésta, construido en épocas posteriores, un espacio para residencia temporal de romeriantes importantes. Tras el testero se construyó el camarín de la Virgen. Lugar donde encontramos pinturas, esculturas y muebles de arte religioso de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX.
La fachada de piedra posee un frontón triangular partido.

El templo ha sufrido algunos desastres como un incendio en el año 1839, perdiéndose el retablo mayor y la imagen de la Virgen, así como algunas piezas de plata que se fundieron por el intenso calor. Más tarde, el fatídico terremoto de 1868 dañó severamente al templo, fisurándose la bóveda en su clave y dos años más tarde se vino abajo la cúpula del crucero, reconstruyéndosela en 1876 con la intervención del arquitecto Juan Pablo Sanz. Un nuevo incendio en 1929 destruyó otra vez el retablo mayor y la imagen de la Virgen; esta desgracia motivó una campaña pública para su reconstrucción, trabajándose un moderno retablo, obra de los escultores Miguel Ángel y Leonardo Tejada, inaugurado el 19 de octubre de 1941. El nuevo retablo se inspiró en uno de los cuadros del mismo santuario, pintado por Miguel de Santiago en la segunda mitad del siglo XVII, que representa el interior del templo con una vista del presbiterio y el retablo mayor de esa época, al testimoniar uno de los milagros de la Virgen.




Museo de Arte Colonial

http://www.casadelacultura.gob.ec/?ar_id=3&mu_id=3

Ubicado entre las calles Cuenca y Mejía, en el Centro Histórico de Quito. 
Cumpliendo órdenes de Pizarro, Sebastián de Benalcázar avanza a Quito a la que Rumiñahui había reducido a cenizas, Pedro Alvarado gobernador de Guatemala, se encontraba también camino a conquistar el mítico reino de Quito, por ello para contentar a Alvarado que llegaba al lugar con numeroso ejército, Almagro en acuerdo con Benalcázar funda por segunda vez la ciudad de Quito, el 28 de agosto de 1534; se incluye en el acta, que está a treinta leguas de la fundada días antes: Santiago de Quito, se realiza el nombramiento de alcalde, regidores y se encomienda a Benalcázar para tomar posesión de ésta. Tardó tres meses en arribar a la destruida ciudadela inca, un 6 de diciembre de 1534. Una vez que fue rehabilitada, pudieron efectuar el trazado inicial a mano alzada y el reparto de los solares entre los 204 vecinos; por ello se considera el 6 de diciembre de 1534 como fecha de la fundación española.
La complicada geografía dificultó la aplicación del damero, por lo que posteriormente tuvieron que adaptar la cuadrícula construyendo las casas sobre los arcos que se levantaron para rellenar las quebradas.
La primigenia Villa de Quito nace políticamente como cede de la Real Audiencia, controlada por los Virreinatos de Nueva Granada al norte y de Lima al Sur, llamándose por tanto a éste, Periodo Virreinal.
Hay una sección del hombre de ese tiempo que tenía puestos los ojos en el cielo en el cual se puede apreciar el sol durante y su recorrido por el zenit le dio las premisas del tiempo, su luz y calor era la vida de los seres de la tierra, la misma tierra que era la madre que fertilizada por la luz y calor del sol significaba el alimento, la vida misma...la imponencia de los altos cerros y volcanes con su fragor le producía temor y mucha veneración...El agua asimismo era símbolo de limpieza, vida y fertilidad. Otras deidades terrestres eran seres a quienes ellos temían y a la vez admiraban su poder, fuerza, astucia, agilidad como el puma, la serpiente, el halcón, entre varios pueblos de los andes; fascinados por los colores y el vuelo, a ciertas aves las consideraban sagradas: las Guacamayas para los Cañaris, El Quetzal para los Mayas.
La tercera sala es la de Doctrinas y Doctrineros. Los monjes de las órdenes llamadas "mendicantes" fueron los primeros en llegar y establecerse en América: Franciscanos, dominicos y mercedarios posteriormente los jesuitas, inician la titánica labor de evangelización a través de las conmovedoras imágenes que se traían de Europa en libros, grabados estampas etc. así se definió en El Concilio de Trento todas las manifestaciones del arte se pusieron al servicio de la Iglesia, como medio didáctico, sin permitir ningún error en el dogma para ello, el estilo Barroco se presta en forma ideal para unir lo sensible con lo ideal, las emociones con las normas, los impulsos con la razón, y la naturaleza con el dogma. El Arzobispo de Quito Pedro de la Peña en 1664 recomienda a los doctrineros persuadir antes que combatir para conciliar las creencias de los antiguos naturales sin erradicar sus ritos y creencias; por ese tiempo conviven en un proceso de sincretismo los símbolos andinos dentro de la nueva fe.
El Catolicismo se difunde exitosamente mediante la multiplicación de imágenes y ornamentación en sus templos, el tema más defendido fue la Virgen María, representada como la vencedora de toda herejía, toda pura e inmaculada; muchas de las advocaciones de la virgen veneradas en América, provinieron de Europa y de España particularmente: La Virgen de la Merced, La Inmaculada, etc., que poco a poca se van transformando en íconos propios de las ciudades americanas y particularmente de Quito como la Virgen del Quinche, de Cisne, Del Rosario o la famosa Virgen Inmaculada de Legarda Símbolo de nuestra capital en los tiempos actuales.
La imprenta ayudaría a la difusión de libros ricos en imágenes, se constituirían en verdaderos manuales para ejemplificar la vivencia de la fe cristiana y estimular la meditación sobre las escrituras y vida de los santos, que en principio fueron importados, como Santa Teresa de Ávila, San Francisco, San Antonio etc.
La sala cuarta es la sala de Arte e Identidad, en donde está la sección de Imagen para una Idea donde encontramos la novedad del barroco consolida la utopía peninsular en América y fue la mano indígena la realizadora de esta singular fusión, con el nuevo sistema los indígenas sometidos a la nueva fe, desprovistos de su libertad, de sus tierras y de todo se refugian en esta faena singular del arte, lo relevó de otros sometimientos penosos y fue la alternativa.
La escultura fue una de las formas de mayor aceptación en Quito que presentó intenso realismo y perfección se trabajó en principalmente en madera,
El uso de grabados fue común también para estos artistas, siendo muy meritoria su habilidad de pasar las imágenes bidimensionales a tres. El bulto redondo fue el género de mayor producción, preferentemente cedro, roble, laurel y las nativas como el aliso, naranjillo, sisín y la balsa que por su suavidad permitía, dar las formas naturales, estofarla y policromarla. Igual en la pintura, un maestro dirigía el taller y disponía el trabajo de cada uno de los oficiales en la especialidad que domine, ello permitió un alto nivel de perfeccionamiento de las obras salidas del obrador, como el realismo obtenido gracias a la talla del interior de los rostros para colocar ojos de vidrio al interior, otra técnica fue el uso de mascarillas de metal, esto en el siglo XVII.
La sala número cinco es la sala de El Hombre Tras la Obra; ésta es la sala emblemática del museo en donde hay obras de extraordinaria factura, muchas de ellas anónimas que es la característica distintiva más noble del arte colonial quiteño y que no la debemos soslayar, pero también tenemos obras de las que se tiene la certeza son de los grandes maestros de ese tiempo como Miguel de Santiago, Manuel Samaniego, Caspicara, Pampite, Bernardo Legarda, entre otros.
Cabe recalcar que la ciudad de Quito en un momento dado, es reconocida internacionalmente como la ciudad de espléndidas iglesias y conventos, esculturas exquisitas y pinturas excepcionales, la fecundidad de la producción, la línea estilística, donde se marca el sello de nuestra identidad mestiza, la hacen única; sin embargo, como un pequeño dato el cual tal vez sea de su interés varios notabilísimos investigadores e historiadores de Arte dudan de la existencia de una “Escuela Quiteña”.
Se puede apreciar la milenaria tradición de Quito como pueblo alfarero no puede ignorarse, las hábiles manos creadores de objetos que sin haber sido concebidos como objetos de arte, fueron realizadas con gran delicadeza y sensibilidad innatas, ello sumado a la cultura y arte que trajeron los españoles y trasplantaron en América conjugaron un extraordinario arte religioso de expresividad barroca que durante un siglo y medio fue la edad de oro del Arte Quiteño.
La sala número seis es la sala denominada Entre lo Europeo y lo Aborigen, la cual muestra la conciencia del hombre americano y su valor por lo autóctono llevó a incorporar su concepción mística del mundo en una multitud de detalles decorativos tomados del mundo vegetal, cuya motivación definitivamente fue religiosa, no naturalista, una expresión del poder divino capaz de tales maravillas.
La pintura en el Ecuador no tuvo precedentes en lo aborigen, es un reflejo de la europea, en base de lo cual el criollismo creó ciertos caracteres en la representación misma de las imágenes sagradas y desarrolló un arte popular.

Por penúltimas salas están, la de la Sociedad Quiteña en la que etsá la sección de El vestido español en América,en donde se puede ver que la Colonia es el entorno del enfrentamiento de dos culturas; la capacidad expresiva del atuendo nativo se fue diluyendo en la medida que iban adoptando el vestido español, se empobreció en tanto que en España se hacía más rico con los metales y piedras preciosa llevadas de América, la imposición de los valores del vestido español, aún en contra del sentido de lo práctico, fue la expresión del poder y dominación colonial; así, el incipiente concepto de “moda” creada para los poderosos, nobles y aristócratas hizo que lo hispánico fuera signo de calidad, distinción y prestigio. Los años finales del gobierno de Felipe II y comienzos del Felipe III son los de mayor lujo en el vestido español y lo refleja en América.
Los cambios en la indumentaria en América están vinculados con la mestización étnica y cultural, ya en el siglo XVII se aprecia la hispanización del traje indígena, este cambio se concretó en la adopción del jubón o chaquetilla y el calzón a la altura de la rodilla (en manta blanca) para los hombres y, pollera camisa y manto para la mujer; pobrísimas versiones de la moda española, en tanto, grupos de indígenas aislados, conservaron su indumentaria tradicional. La corona legisló sobre la adopción del vestuario de acuerdo al estrato social designado, restringiendo la moda europea para los blancos, como signo aparente de clase y usado por otros estratos, para asimilarse al grupo dominante, por tanto, el traje se convirtió en ayuda invaluable en un momento dado para borrar diferencias marcadas hasta entonces.


Horario de atención al público: Martes a sábado de 09h30 a 17h00.
Talleres múltiples
  • Organizados por edades o afinidad, con actividades periódicas a lo largo del año.
  • Lecturas de cuentos
Cine para la familia: Sábados de 10h00 a 12h00 – entrada gratuita
Valor de ingreso:
  • Extranjeros $ 2
  • Nacionales $ 1
  • Estudiantes nacionales $ 0,50
  • Personas con capacidades especiales y tercera edad $ 0,50
  • Menores de 12 años entrada libre
Estudiantes extranjeros con tarjeta internacional $ 1


Museo Monacal Santa Catalina de Siena

http://www.museosquito.gob.ec/index.php/item/69-museo-monacal-de-santa-catalina-de-siena

El Museo de Santa Catalina de Siena, ubicado entre las calles Espejo y Flores, pertenece a las Madres del claustro de la Orden de predicadores. Aquí se contempla la belleza del arte y el significado de cada una de las obras que se expone, así como también conocer la historia del lugar. Además el reconocimiento de estos bienes artísticos a nivel mundial como Patrimonio Cultural de la Humanidad que gracias a las madres se conservan en el tiempo.

Recorriendo el museo se encuentran lienzos y esculturas de la época colonial la mayoría de autores anónimos y algunos atribuidos a artistas de la escuela quiteña como: Bernardo del Legarda, Pedro Bedón, Manuel Samaniego, Enrique Mideros, Antonio Salas.
Estamos entrando a la Sala múltiple o de San Vicente Ferrer, la cual cuenta con 16 obras de óleo sobre lienzo, siendo la mayoría anónimas con excepción de El rosario y la alegoría a los continentes la cual fue realizada por Manuel de Samaniego obra única donde se contempla la Santa Trinidad a la Virgen María a Santo Domingo y a Santa Catalina de Siena, al final representándose los continentes americano, Europeo, Africano y Asiático. Y Santa Bárbara Virgen y mártir La cual es del siglo XVII elaborada por la escuela de Samaniego.
En el Pasillo Uno (Pared de los mensajeros de Dios) se ve a San Rafael, San Gabriel, a la Anunciación, que es donde se presenta el arcángel Gabriel hacia a María dándole la noticia del ser que lleva en su viente, también está la escultura de un ángel policromado del siglo XVIII anónimo.
San francisco de Asís junto a Santo Domingo son quienes fundan las primeras órdenes de mendicantes en la edad media.
Santa Catalina de Siena, de nacionalidad italiana, desde niña se consagra a Dios como terciaria dominica.
Además la Venerable Catalina de Jesús Herrera nace en Guayaquil en 1717 e ingresa al claustro a los 23 años de edad y muere en 1795. En este mismo sitio se encuentra también la banquita milagrosa donde dormía Catalina después de sus tantas horas de oración, sus fieles hacen novenas y se sientan las mujeres para poder concebir y también las demás personas para poder librarse de enfermedades.
El Claustro es el lugar donde se hace completo silencio, a los lados se ubican los dormitorios y encima de cada puerta se encuentra el nombre de un santo protector, de preferencia dominico.
La pintura de los Santos Dominicos, es una larga pintura de óleo sobre lienzo del siglo XIX anónimo, aquí vemos los santos de inicios de la orden con sus atributos.
Santo Domingo de Guzmán, Santo Dominico Mártir, San Raimundo de Peñafort, San Pedro de Verona, San Jacinto de Polonia, San Luis Beltrán.
Las Santas Dominicas así como los dominicos también están pintadas las mujeres, como:
Santa catalina de Ricci, Santa Inés de Montepulciano, Santa Catalina de Siena, Santa Rosa de Lima, Santa Imelda de Bierechic, Santa Margarita de Hungría.

En la Sala de nacimientos, sagrada familia o de Santo Domingo, es donde se recuerda la importancia de la familia como núcleo de una sociedad prospera. En cuyo regazo se aprende valores éticos y morales dentro de una época muy materialista.
Los cuadros que destacan son: El nacimiento, la sagrada familia y san Juan, la adoración del Niño Jesús, el Nacimiento de Jesús, La huida a Egipto, San José y el niño, La familia de Jesús. Del siglo XVI XVII XVIII anónimos.
Esta es la Sala de la Pasión o de Santo Tomas en donde se representa el sacrificio salvífico de la pasión terminando con las palabras del Apóstol San Pablo “Vana seria nuestra fe si adoráramos a un Dios muerto más bien adoramos a un Dios vivo y resucitado”
La flagelación de Jesús del siglo XVIII pintado por Manuel de Samaniego. Jesús atado a la columna, Señor de la Misericordia, Cirineo ayuda a Jesús, El Calvario, Tres crucifijos, Jesús Salvador.
La Sala de la Virgen María, representan las diferentes advocaciones de la virgen María Nombres dados de acuerdo al lugar de aparición de ella.
Pasaremos a la Sala de restos, aquí se hallan los restos del ex presidente Gabriel García Moreno que fueron encontrados en la iglesia del monasterio del en 1975.
En la segunda planta se observan textiles elaborados con hilos de oro y plata, las vestimentas de los sacerdotes las hacían las madres con diferentes colores de acuerdo a la ocasión.

HORARIO:
lunes a viernes 09h00 a 17h00/sábado 09h00 a 12h30
PRECIOS:
adultos 2,50 USD/universitarios 1,00 USD

niños, tercera edad y personas con capacidades diferentes 0,60 USD

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