Museo de Sitio Cotocollao
http://www.quitoadventure.com/espanol/cultura-gente-ecuador/arqueologia-ecuador/andes-ecuador/cotocollao-pichincha.html
Aquí se pueden conocer las características culturales de los primeros asentamientos Formativos descubiertos en el Valle de Quito, basadas en las evidencias arqueológicas recuperadas en este Sitio de Cotocollao. En este museo se pueden observar 154 piezas arqueológicas halladas a pocos metros del lugar.
Éste asentamiento humano habitó una planicie de relieve, rodeada por una laguna de origen glacial que desapareció en los primeros años de la “fundación” española de Quito. En una superficie de 26 hectáreas, se asentó este poblado, distribuido en pequeñas casas de 5 metros de ancho por 8 metros de largo que se levantaron indistintamente en el área, buscando únicamente la cercanía al cementerio que probablemente era lugar de culto y veneración.
El cementerio de este grupo humano estaba en el centro de su caserío para agradecer a sus muertos por interceder ante los dioses para que las lluvias, el sol y la tierra dieran buenos frutos, esté fue descubierto en la aldea, en la primera etapa de ocupación (1500 a 1100 a.C.), estuvo conformado por enterramientos individuales así como en fosas circulares, en la que cada difunto estaba acompañado por ofrendas. En la segunda etapa u ocupación tardía (1100 a 500 A.C.), el rasgo funerario más importante fue el cementerio de tipo colectivo.
Hay restos encontrados datan entre los años 1500 y 500 antes de Cristo, fecha que coincide con erupciones del volcán Pululahua. El material volcánico encerró los restos humanos en unas cápsulas con su propio microclima, lo que permitió que se conserven hasta nuestros días. Se considera que la cultura Cotocollao desapareció por una erupción del Volcán Pululahua.
Los cotocollaos desarrollaron la agricultura gracias al clima favorable, las temperaturas constantes, las lluvias moderadas y los suelos fértiles, así como la presencia de dos lagunas. Tenían también una cultura muy artesanal y hacían figuras y cerámicas muy finas. Esta cultura sedentaria y agrícola se dedicó principalmente a la siembra del maíz, fréjol quinua, papa, ocas y chocho.
Su dieta también incluía carne obtenida de la caza de venados, conejo, camélidos y aves silvestres.
Por intercambio con los habitantes de zonas más cálidas, utilizaban ya el algodón con el cual fabricaron prendas de vestir. Además, sus recipientes de uso doméstico y ceremonial eran de cerámica. Se caracterizaron por usar en su elaboración la piedra pulida, lo que los define cómo único en este género en la arqueología ecuatoriana. Desarrollaron variadas técnicas para trabajar esta cerámica, en cuyos rasgos decorativos demostraron una gran variedad y sensibilidad artística.
Se pueden ver vasijas de culturas del litoral, como la Valdivia y Chorrera, como se podrán dar cuenta estas tienen gran similitud con las elaboradas en Cotocollao, para demostrar así nuestra milenaria unión nacional.
Se encuentran también restos de vasijas y de instrumentos hechos con piedra que dan testimonio de la habilidad que tenían. Como la mayoría de las culturas que existieron en el Ecuador, utilizaron mucho la piedra volcánica llamada obsidiana.
Además, podemos encontrar restos de instrumentos que utilizaban para tejer, pero debido a que no se hallaron vestigios de animales que puedan producir lana, se deduce que todas sus vestimentas eran elaboradas básicamente con algodón.
En cuanto a su arquitectura, construyeron casas rectangulares con paredes de bareque y techo de paja, orientadas siempre al este y asentadas sobre pequeñas ”grandas” cortadas en la cangahua para nivelar el terreno. En su interior había camas y repisas levantadas del suelo, fogones y un hogar propiamente dicho en el centro. Existían también huecos grandes para almacenamiento, ubicados dentro y fuera de las casas de los sitios de elaboración de cerámica.
La organización social estuvo basada en lazos de descendencia común o linaje, las prácticas de ritos funerarios y el culto a los antepasados. Estas circunstancias reflejan también un “status” diferencial dentro de la Organización Social temprana, así como la existencia de primeros socioeconómicos que demuestran una estratificación y diferenciación entre poblados.
El mercado de Cotocollao que actualmente es una plaza, que era entonces el mercado de intercambio de comestibles y trago de caña con pobladores del noroccidente. Entre aquellos cacicazgos estaba el del líder indígena de Cotocollao, don Juan Pillajo Guáytara. La gente del actual Quito establecía relaciones con poblaciones aledañas para afianzar sus redes de intercambio. Por eso, los yumbos, que habitaban Pacto, Nanegal y Nanegalito, se convirtieron en nexos de intercambio entre Cotocollao y la Costa.
La plaza junto a la iglesia se transformó en el sitio de trueques y encuentros. Una plaza/mercado; sin embargo, con la llegada de la modernidad y la acelerada urbanización del sector, el mercado fue trasladado, primero al local donde funciona la casa del Comité barrial, presidido “históricamente por el señor Fausto Risueño”, según Velasco, y más tarde se habilitó la feria libre de Cotocollao en una planicie contigua a la avenida Diego de Vázquez, en el límite oriental del barrio.
Cotocollao se convirtió en uno de los sitios vacacionales preferidos por la aristocracia quiteña. Esta fama perduró hasta mediados del siglo XX. Años después, el proceso urbanístico irrumpió en la localidad y las actividades comerciales proliferaron, sobre todo a partir de la llegada del agua potable, en 1936, y la luz eléctrica, en 1941.
Pucará de Rumicucho
Rumicucho permite una visión amplia del cerro de La Marca y del Cayambe, elevaciones que forman una línea horizontal en sentido este-oeste por donde atraviesa exactamente el sol durante su equinoccio, por esto se cree que el Pucará de Rumicucho fue también un lugar de culto al Sol.
El Pucará de Rumicucho tiene alrededor de 380 m. de largo y 75 de ancho. Está situado a pocos kilómetros del lugar en que la Misión Geodésica Francesa fijó la mitad del mundo, en San Antonio de Pichincha a 4 km. del carretero que conduce a San José de Minas y Perucho. Fue construido por los incas entre 1480 y 1500. Los materiales arqueológicos revelan presencia incaica, en el sitio se han hallado testimonios de ocupación simultánea, de pobladores nativos de la zona. Rumicucho significa rincón de piedra, este monumento también es conocido como Lulumbamba, en donde Lulum significa fruto y bamba planicie, porque es como un fruto que sobresale en la llanura. Pero es más conocido como Rumicucho, ya que Lulumbamba quedo reservado para un bosque del Pululahua. El pucará está construido en una colina de origen natural, es una loma de origen geológico (lomo volcánico). Los Incas construyeron el Pucará Rumicucho como un sitio multifuncional, donde se realizaron actividades relacionadas con la administración (tributo, redistribución y reciprocidad), militares (pucará), ceremoniales (rituales del sol, siembra, cosecha, fiestas), estratégica (tambo Chasqui,Ushnu). La Cultura Caranqui lo ocupo como un adoratorio que fue modificado por los Incas, utilizando la Técnica de la Pirca, es decir dos paramentos de piedra unidos por un núcleo de pómez y pugshi. Estos muros de piedra permitían tener un tipo de pared defensiva para que la gente de la parte baja no pueda subir al interior. Desde este pucará, se tenía una fácil comunicación con Quito, que era el principal centro urbano, y con otros lugares de importancia económica, como es la casa de la montaña occidental, habitada por la nación Yumbo, cuya principal actividad era el intercambio de productos de esta región con los pueblos andinos. Este Pucará se encuentra distribuido en cinco terrazas con construcciones internas, la numeración de las terrazas esta de Norte a Sur: Nos dirigiremos a la Primera Terraza que corresponde al extremo norte del pucará. Aquí podemos encontrar restos de una construcción de forma rectangular que fue restaurada, tiene una función habitacional ya que en el interior había un fogón; también en el exterior se encontró agujeros de postes. Lo interesante es que cuando se excavó este lugar se comprobó que los que vivían tenían dos actividades fundamentales, la primera el trabajo artesanal, por los agujeros de poste se cree que había un telar instalado donde elaboraban tejidos con la fibra de las llamas. La segunda era un taller de trabajo del hueso, había una especie de bodega donde se almacenaba huesos de llama; en un área de un metro cuadrado se encontraron más de 2000 huesos de llamas, esto utilizaban para hacer objetos que tenían varias utilidades como agujas, tupos que servían para sostener las mantas de las mujeres, entre otros. En otras palabras era un área de trabajo y vivienda. El resto de la terraza no se ha investigado, no se sabe qué estructuras de construcciones están debajo de la terraza. Al centro se puede observar una piedra en proceso de ser tallada, de más de 1 m de altura. Este tipo de piedras se las conoce como huancas, son piedras que están marcando una señal por alguna razón, pueden ser razones astronómicas, ceremoniales, etc. Por su tallado sin concluir se cree que se quiso hacer un circulo que pudo haber sido una representación del sol. Es una piedra original, traída por la última erupción del Pululahua que ocurrió 70 años antes de Cristo. Esta señal puede estar relacionada con la observación del sol o la luna. Ahora, vamos camino a la Segunda Terraza, aquí encontramos tres construcciones, una redonda incompleta que se ha perdido el muro por efecto de la erosión y la destrucción de la gente que se llevaban las piedras para hacer casas en San Antonio de Pichincha y para venderlas en Quito; durante décadas no había ningún control hasta que fue intervenido por el museo del Banco Central hace más de 20 años.
También en este lugar se hacían ejercicios militares, venia la aviación y bombardeaban el pucará ya que era punto de entrenamiento militar, cuando se hicieron las excavaciones se encontraron bombas de aviación intactas, porque era un sitio abandonado. Esta terraza es el complemento del Ushno es decir de la parte más alta, en este lugar la gente bajaba a consumir alimentos, carne de animales como el cuy, la llama y se bebía en grandes cantidades la chicha; los desechos de esa alimentación se encontraban afuera de esta casa. Al momento de excavar esta estructura se descubrió en su interior varios agujeros de postes, suficientemente grandes como para sospechar que se trataba de huecos para pilares de soporte de una techumbre liviana, tal vez de paja u hojas de ágave. A más de este testimonio se localizaron restos de alimentos, algunos objetos de hueso de camélido y armas de piedra. Por la forma de este recinto y por los materiales encontrados, creemos que esta construcción está muy relacionada con las actividades rituales. Junto a este recinto se encuentran cimentaciones de dos habitaciones de forma ligeramente trapezoidal emplazadas en el lado occidental de la terraza. Se trata de cuartos de 9m por 6m, cuyas partes más anchas se miran entre sí.
La Tercera Terraza, que es la parte más alta de todo el pucará (Ushno), se ha excavado en todo su perímetro con la intención de recuperar los muros de contención y graderíos. En la parte central se realizaron sondajes en sentido longitudinal, habiendo comprobado la ausencia de restos de ocupación, salvo el hallazgo de aislados y escasos fragmentos de cerámica. Ésta característica, a más de la existencia de un empedrado circular en el centro de la terraza, sugiere que este espacio tuvo connotaciones sagradas. Está evidencia fue destruida en la década de los años cincuenta por buscadores de tesoros, esto está registrado en un informe de un arqueólogo español que visito el Ecuador en ese tiempo y constato esos daños en este lugar. Desde este lugar se alcanza un dominio visual de grandes proporciones en los cuatro puntos cardinales. Los accidentes geográficos que tenemos en el contorno son: al Norte tenemos el nudo de Mojanda con la elevación el Cerro Cajas; también observamos Cochasquí; el Fuya Fuya que es la elevación más alta; podemos ver los pueblos conocidos como Atahualpa, Chavezpamba, San José de Minas, Puéllaro, Alchipichi. Al lado Oriental tenemos la montaña Providencia, hacia atrás el Cayambe, junto al Providencia tenemos el cerro Catequilla, luego en Pomasqui el cerro Papco y por último la Cordillera de Loma Velazco que llega hasta Carcelén. Hacia el Sur se encuentra la entrada a Quito, los barrios de Carcelén, Cotocollao, Pomasqui, San Antonio de Pichincha, dos cordilleras a los lados, observamos también el Pichincha, el Casitagua. Al lado occidental, encontramos los Cerros de la Marca y el Padre Rumi. Entonces el Pucará está ubicado al oriente de la planicie de Rumicucho, tiene dos quebradas importantes la Colorada y la de Shaigua. La gente de la elite vivía en el pucara, pero la gente común vivía en la planicie. Esta plaza tenía una función ritual, por ejemplo enterraban objetos, se quemaban tejidos, hojas de coca y se consumían alimentos. En muy pocas ocasiones se hacían sacrificios humanos, solo lo hacían cuando conquistaban un territorio y para darle legitimidad a esa ocupación sacrificaban al hijo del cacique del pueblo conquistado, pero antes le convencían que era beneficioso porque se iba a reunir con el padre sol, entonces aceptaban; generalmente eran adolescentes o niños hasta 12 y 14 años, hombres y mujeres. A la hora del sacrificio les drogaban para dormirles y les enterraban. Estos sacrificios se hacían en cuevas, montañas, especialmente en sitios altos. Aunque no forman parte de esta plataforma, en este acápite mencionamos a continuación los detalles de dos estructuras que se encuentran en el segundo andén occidental y que las calificamos como cocinas, debido a que se encontró un fogón hecho de piedra que hasta hoy conserva huellas de la acción del fuego.
Dentro de esto ponían la madera y encima las vasijas para preparar los alimentos. Tenían una pared que soportaba una parte de la cubierta que sostenía un techo de una sola caída. Además se encontraron unos huecos de base cónica donde enterraban los aríbalos, estos servían para almacenar el agua, la comida. En el contorno de estas cocinas se encontró huesos de llama, de alpaca, de pato, de armadillo, de conejo, de cuy, de venado y en la parte alta se encontraron huesos de serpiente, de peces y de monos de la amazonia, es decir que había movilización de gente de distintas partes porque era un centro ritual para las fiestas de los equinoccios, los solsticios. Esta cocina tiene un solo muro y hay otra que tiene forma de Ele. Como parte del recorrido, hay la Cuarta Terraza, que es el espacio que limita por el sur con la plataforma central. En esta unidad no encontramos edificaciones, sino el muro de contención perimetral y un pequeño espacio cuadrangular, asociado al muro, que forma un pequeño cuarto de control. La ausencia de construcciones nos sugiere que se trata de una terraza que sirvió únicamente de enlace entre la quinta y la parte superior del monumento o tal vez como una pequeña plaza, destinada a la reunión de la gente antes de subir al espacio superior, de mayor significación ritual. Finalmente, la Quinta Terraza que corresponde al espacio ubicado al sur del Pucará. Se trata de una terraza investigada en su totalidad por lo que la información existente ha permitido reconstruir los detalles de su funcionalidad y arquitectura. Tiene forma rectangular, con su extremo sur delimitado por un muro semicircular. En primera instancia se encuentra un callejón que comunica a los andenes occidental y oriental de la quinta terraza. Este callejón, que se abre en abanico a medida que se acerca al oriente, esta conformado por el muro de contención que separa esta terraza de la cuarta y la pared que cierra el recinto rectangular inmediaro. Cuando se escabo este sector se comprobó que en la última etapa de ocupación del pucará, este callejón fue convertido en cocina, mediante la instalación de una techumbre de paja, la que por razones de algún enfrentamiento, se incendió; esto probablemente ocurrió cuando sucedió la guerra ente Huáscar y Atahualpa. Otro dato interesante es que en los bordes del muro de contención se encontraron casas de madera, había una hilera de palos de madera y techos de paja. Los materiales que usaron para los techos era el helecho arborescente. Anexo a este callejón encontramos una edificación formada por dos recintos unidos entre sí a través de un corredor central. Se trata de una estructura habitacional con dos accesos, uno por el lado oriental y otro por el sur, ambas puertas conectadas con las habitaciones a través de corredores. Los materiales arqueológicos recuperados en el interior de este conjunto constructivo revelan que se trata de cuartos para dormir. Se localizaron agujeros de postes que soportaban una techumbre de madera y paja. También se evidenciaron restos de un piso de tierra compacta y pocos restos culturales. En cambio en el perímetro de la terraza, principalmente en el lado occidental y asociado al muro de contención, se descubrió un impresionante basural, que demuestra la presencia de una numerosa población asentada en el lugar. Junto a este doble recinto se extiende una plaza o kancha conformada de manera muy similar a lo que acostumbraban los incas en otros centros arquitectónicos. Se trata de un espacio abierto, generalmente destinado a la reunión de la gente, aparte de que también podían cumplirse ciertas actividades artesanales al aire libre. La cancha está delimitada por un angosto muro de baja altura que en su pared sur deja una puerta para comunicarse con un recinto rectangular, descubierto en avanzado estado de deterioro. En el centro de la terraza se conservan segmentos aislados de muros de piedra que debieron pertenecer a construcciones que lamentablemente han desaparecido.
Finalmente en el extremo sur se ubica otra habitación de forma rectangular. Por las características arquitectónicas de esta terraza y por los materiales recuperados, se deduce que este espacio estuvo destinado primordialmente a la vivienda de los encargados de servir y mantener en funcionamiento este pucará. Debieron swr mitimaes quichuas y autoridades del aparato militar y religioso del estado Inca. También hay testimonios de grupos nativos, presentes en el lugar probablemente en calidad de servidores o yanaconas, encargados de la atención a la clase dirigente. El registro arqueológico ha permitido identificar la ocupación de los espacios abiertos, donde la gente se dedicaba a elaborar artefactos de hueso y herramientas indispensables para sus artesanías, principalmente la textil.
- Horario de atención:De
Lunes a Domingo 10:00 a 22:00
- Costo de ingreso:4 USD
Museo De Sitio La Florida
http://www.quito.com.ec/que-hacer/arte-cultura-y-patrimonio/208
En el año de 1983 empezó el proyecto que fue auspiciado por el Banco Central y por el estadounidense León Doyón que había escavado 6 sepulturas, por problemas que hubo el proyectó quedó inconcluso; posteriormente en el 2004 se iniciaron excavaciones a cargo de María del Carmen Molestina y Rodrigo Erazo, esto terminó en el 2009 inaugurándose así este museo el 3 de Julio del 2009. Como resultado tenemos 10 sepulturas con cámara central.
Las medida de las sepulturas van desde los 10.50 m la mas pequeña hasta los 17m las más grande. La forma de las sepulturas es circular, las interpretaciones de cosmovisión indígena actual (creencias que ellos tienen), esto representaba la perfección, el universo, el infinito, la vida, el sol, la unión de la vida (arriba) y de la muerte (abajo).
También van a poder encontrar 400 piezas cerámicas, 55 personas y, se dice que, un kilo de concha Spondylus.
Las sepulturas tienen una representación de cómo enterraban a sus familiares en posición fetal porque creían que iban a volver a nacer en el vientre de la mama pacha, por eso también los enterraban rodeados por piezas cerámicas con comida, con agua porque iban a necesitar alimentarse, también los animales eran parte de las ofrendas, mas no para la alimentación. Otra de las interpretaciones del porque los enterraban en esa posición era porque creían que iban a hacer dioses del mundo de abajo. Estas personas fueron encontradas mirando al occidente, al volcán Pichincha, al cual se supone que lo veneraban.
Se puede divisar que se encuentra una mujer de 22 años, se dice que pudo haber sido ama de casa. También hay un varón de 45 años, era comerciante y murió por hernia discal (enfermedad de la espalda).
Algo muy interesante de conocer es que en la cámara central que era lo mas profundo de las sepulturas, se enterraban a las personas más importantes. En cuanto a la vestimenta, las personas de la cámara central poseen un ajuar (poncho) hecha a base de concha Spondylus, las demás personas están cubiertas por un tardo (bolsa que cubre el cuerpo) y por una mortaja (pañuelón) que cubre sus cráneos.
Se observa una sepultura en la cual se encontraron 16 personas y en el hoyo de al lado 4 personas.
Hay otras tumbas en forma de un cilindro en donde fueron encontradas 8 personas con diferencia de pocos centímetros cada enterramiento con tierra. Las líneas que observamos en las sepulturas son hechas de palo puntiagudo 60cm de largo y con hachas de piedra.
Las personas bajaban a los difuntos mediante escaleras hechas de capulí, chonta, utilizaban también soga de cabuya.
En la tumba más grande y antigua se encontraron 12 personas. Esta tumba data del año 200dc hasta el 600dc, es decir, que los enterramientos estuvieron aquí hace más de 1500 años.
También hay una tumba en forma de trébol en donde se encontraron tinajas, dentro de las tinajas había huesos de venados.
En este instante vamos hablar sobre las representaciones de las tumbas: La tumba en forma de cilindro representa la unión entre el hombre y la mujer que son una sola persona, el sol, la luna. La tumba donde están los cuerpos representa la dualidad, por ejemplo la tierra y el cielo, el agua y el fuego, etc. La tumba en forma de trébol representa la tripartición que significaba según la cosmovisión indígena actual los tres mundos; el de arriba, el de aquí (el de los vivos) y el de abajo (el mundo del mas allá). La tumba más grande representa la cuatripartición; los cuatro puntos cardinales, los 4 elementos principales (tierra, agua, fuego y aire), el calendario solar donde están los equinoccios y los solsticios que son fechas en donde ellos festejaban a sus dioses por agradecimiento. Por estas fechas ellos sabían cuando cosechar y cuando sembrar.
En este lado se encuentra un ajuar funerario que consiste en el poncho hecha de concha Spondylus de color morado que significa muerte y hombre, y la anaranjada y beige significa la vida y la mujer, la mortaja y joyas laminadas y repujadas en oro (oro aluvial extraído de los ríos). En la espalda podemos observar concha madre perla (nácar) y plaquetas de cobre. Podemos observar que en la parte de la frente hay un disco de oro que representa la unidad, unión, los 4 discos de oro (mas abajo) representan la cuatripartición, las narigueras la dualidad y los tupus la tripartición.
Además hay pequeños fragmentos textiles que fueron encontrados en la tumba en forma de cilindro. Son tejidos de algodón de Ceibo, venía de intercambio comercial y del valle de Guayllabamba, ellos elaboraban con hilares, con diseños que representaban su vida cotidiana. Son verdes por oxidación del metal. Esto demuestra que estos quiteños sabían tejer.
Los 3 mundos: El ave representa al mundo de arriba, la lagartija al mundo de aquí, y la serpiente al mundo de abajo. Se puede visualizar que aquí está plasmado la dualidad (2 aves. 2 lagartijas). La serpiente es igual a la fertilidad de la tierra esto significaba el renacimiento ya que la serpiente cambia su piel dos veces al año y es como que vuelve a nacer.
Existen ollas trípodes que servían para infusiones con planta de la hoja de coca y chuchuhuasa que era como té y calmaba las reumas, esto más lo usaban las mujeres, los hombres se dedicaban a las construcciones de las tumbas.
Se pueden distinguir algunas cerámicas con diseños antropomorfos que representan la imagen del difunto, pero sólo si eran personas importantes. También observaremos compoteras con diseños geométricos que los Quitus realizaban como círculos que representaban a las tumbas, el triángulo a los templos o moradas de los dioses, la cruz que significa los 4 puntos cardinales y el calendario solar, la serpiente emplumada, como no tenían escrituras su vida cotidiana la plasmaban aquí.
Finalmente, se observan los discos de oro laminados y repujados, se dice que usaban moldes para elaborarlos, lo usaban los hombres como pectorales. Además hay figuras de animales como el mono que expresa sabiduría.
Costo: Gratuito
Intiñan o Camino del Sol
http://es.museointinan.com.ec/
Museo que se ubica muy cerca a la Ciudad Mitad del Mundo. Hace muchos años el permanente movimiento astronómico del sol, la luna y otras constelaciones, llamó la atención a los Quitus, pueblo situado bajo la línea equinoccial. Es importante hablar acerca del historiador Alfredo Costales y su esposa Piedad quienes han asesorado a este sitio con sus obras, sustancialmente y que forman parte del rescate de la historia, símbolo de nuestra nacionalidad ancestral.
En el museo se observan tres salas: Arqueo-astronomía, Vida y costumbres ancestrales de la zona equinoccial y Etnográfica.
En la sala Arqueo-astronomía hay demostraciones de las fuerzas físicas y magnéticas que se ejercen en este lugar por efecto de la Latitud 0, como la prueba de Koriolis.
Cabe recalcar que en 1736, Antonio de Ulloa, encontró vestigios de un posible cilindro solar al pie del volcán Cayambe, que habría sido un centro de observación solar y astronómica, punto de reuniones solares ancestrales. Actualmente y basándose en los estudios de su padre, y con investigaciones propias, Fabián Vera, junto a su equipo multidisciplinario, construyó un nuevo cilindro solar, con características en diseño, función y ubicación que lo hacen único a nivel mundial.
La decoración interna promueve un viaje en el tiempo. Y en cada uno de los puntos cardinales, podran encontrar representaciones y símbolos en un mural que habla del origen milenario, de pueblos solares y astrónomos, y del rastro histórico del país.
El cilindro solar de nuestro museo recibe al sol, cada 21 de Marzo, 23 de Septiembre en los Equinoccios, 21 de Junio y 21 de Diciembre en los Solsticios.
Continuando con nuestro recorrido vamos a observar donde se sitúa la Línea Magnética 00°00‟00”. En este lugar se puede ver una Tola Funeraria, la misma que tiene dos segmentos, uno vertical tubular y otro inferior horizontal donde se halla una vasija y copas ceremoniales de barro junto a restos de osamentas.
Además, existe un reloj que funciona con la luz solar. Un índice metálico proyecta la sombra para señalar la hora. El reloj tiene dos caras, donde están grabadas las horas.
El sol aparece seis meses en la cara sur y seis meses en la cara norte. Sólo en los equinoccios la sombra aparece en las dos caras.
En la sala etnográfica se pueden apreciar dos cabañas tradicionales de las etnias de la amazonía ecuatoriana, cada cabaña corresponde a una cultura ancestral de nuestro país. Una de ellas, tiene un tamaño natural, es de origen Waorani, y en su interior, cuenta con un muestrario de tradiciones que van desde artículos rituales, hasta herramientas de caza y pesca. La segunda es una cabaña de arquitectura Quichuay está destinada a promocionar los atractivos turísticos y naturales de la provincia del Napo.
Horarios: de
lunes a domingo, de 09:30 a 17:00.
Teléfono: (593 2) 2395122
Dirección: Av. Manuel Córdiva Galarza Redondel Mitad Del Mundo
Costo: Adultos $4 Niños $2
Teléfono: (593 2) 2395122
Dirección: Av. Manuel Córdiva Galarza Redondel Mitad Del Mundo
Costo: Adultos $4 Niños $2
Parque Arqueológico y Ecológico Rumipamba
http://www.turismo.gob.ec/museo-arqueologico-rumipamba-un-espacio-ancestral-abierto-al-publico/
Este museo, ubicado entre las avenidas Mariscal Sucre (Occidental) y Mariana de Jesús, guarda evidencias de la cultura Quitu, y de culturas aún más antiguas de la historia aborigen del Ecuador que habitaron Rumipamba de manera interrumpida a lo largo de la historia. Cubre un área de 32 hectáreas donde se ha encontrado, a partir del año 2001, gran cantidad de evidencias arqueológicas anteriores a la conquista española, especialmente de carácter arquitectónico.
El espacio arqueológico se encuentra atravesado por la quebrada del mismo nombre que se origina en los flancos occidentales del volcán Pichincha. En medio de este exuberante paisaje podemos visitar y observar los sitios de excavación y restauración de la cerámica, uno de los elementos que más abunda en el sitio. También se ha podido ilustrar la abundante presencia de metales, y demostrar que tenían una dieta basada en la preparación de granos.
La mayoría de los vestigios antes descritos hacen referencia a pisos compactos de tierra chocoto, agujeros de postes que demuestran la técnica constructiva de "bahareque" primario, muy utilizado en este estilo de casa denominada bohíos. También existen en el lugar muros de contención, tumbas de variado tipo, evidencias de un posible "culunco" similar a los caminos hundidos de los yumbos de Tulipe, ya mencionados. Todas estas evidencias están asociadas a la cerámica que abunda en el lugar y corresponden a
Es importante conocer que Rumipamba es una palabra quichua que significa pampa o planicie de la piedra, es un museo in situ cuyos vestigios corresponden a diversos periodos arqueológicos. Podemos observar restos del periodo denominado Formativo Tardío, desde 1500 a.C. al 500 a.C. estudiado por la evidencia de restos cerámicos de esta datación; también vestigios del periodo posterior denominado de “Desarrollo Regional”, desde el 500 a.C. al 500 d.C., caracterizado por la presencia de tumbas y asociado a fragmentos de platos trípodes perforados y variedad de cerámicas encontradas en el sitio.
Hay evidencia del período de Integración, desde el 500 d.C. a 1500 d.C., está compuesta por restos de aldeas y viviendas construidas en barro y techumbre de paja, las mismas que se construyeron rodeadas por muros de piedra. De este período hay también evidencia de tumbas poco profundas, ubicadas muy cerca de las estructuras habitacionales antes mencionadas. Estas estructuras funerarias constan de ajuares cerámicos que nos dan indicios de sus costumbres rituales relacionadas con la muerte.
Además, se observan vestigios del periodo precolonial en donde se pueden apreciar paredes incas. También existen coluncos, senderos cavados por los habitantes Yumbos de esta zona durante siglos antes de la conquista española, y que eran usados para atravesar los Andes y llegar a la Costa.
Probablemente, la ocupación de este lugar no fue continua ya que debió haberse interrumpido por las erupciones volcánicas, especialmente las del Pululahua y las del Guagua Pichincha. Estos y otros datos aún están en investigación.
Museo de Sitio Tulipe
http://museodesitiotulipe.com/
El museo, ubicado en la parte noroccidental de Quito, se compone de cuatro pabellones, de los cuales tres son salas de exposición y una tiene la función de concentrar socialmente a los turistas.
En la sala introductoria se habla de la ubicación geográfica y medio ambiental de Tulipe.
El Museo se encuentra al otro lado del río Tulipe y 20 metros más alto con relación a las piscinas. Esta diferente ubicación conlleva simbólicamente el significado que tuvo en tiempos ancestrales la presencia del río, el cual no separaba territorios como lo hace actualmente; por el contrario era el eje de unidad y convergencia entre los Yumbos del norte de Tulipe (Nanegal, Nanegalito) y los Yumbos del sur (Gualea, Pacto, Niguas, Cocaniguas y Ztachilas).
La ceja de montaña occidental, cubierta de un bosque tropical húmedo, fue el escenario de una sociedad que tenía una forma de organización muy similar a los señoríos étnicos de la Sierra del período de Integración. Las pruebas de campo aportadas por Ronald Lippi (1998) y los datos etnohistóricos de F. Salomon (1997) y A. Costales (2002), establecen la existencia de varios asentamientos en el territorio Yumbo, que no solo compartieron el paisaje y los recursos, sino también unos comportamientos culturales bastante parecidos. Si analizamos con detenimiento los restos de la cerámica Yumbo, verificamos que ésta tiene formas y acabados de superficie muy similares a la que se conoce como Caranqui en la sierra, de allí que Costales piense que los yumbos son los Caranquis del Noroccidente. Esta apreciación es corroborada también por la amplia dispersión de tolas y pirámides truncadas registradas en el territorio yumbo, igual que existen en un espacio comprendido entre el valle del río Guayllabamba y el valle del río Chota.
En la segunda sala, de tipo etnográfico, se aprecia materiales del hombre contemporáneo que traducen sus actividades madereras, agroganaderas y de cañicultura,
Los Yumbos fueron principalmente un pueblo agrícola y de comercio, que también cazaban y elaboraban artesanías. Los Yumbos cultivaban plátanos, aguacates, piñas, lúcuma, miel, palmito, frutas cítricas, guayabas, y criaban animales como pecaríes, pavos, guatusa, el pescado. Ornamentales, rituales o plantas medicinales, tales como las orquídeas y la coca, fueron cultivados en terrazas.
Los Yumbos intercambiaban el maíz, yuca, chile, coca, papas dulces, frutas, maní, coco, la sal, el caucho, el algodón, el incienso y las plantas curativas, a cambio de obsidiana, conchas y pieles de animales sagrados como el spondylus princeps (un molusco bivalvo) y la madre de la perla.
Los estudios indican que tanto la sal y el oro formaban parte de los recursos de los Yumbos, aunque es incierto si este último fue extraído de fuentes locales o fue resultado del intercambio. Los españoles colectaban de los Yumbos cobijas de algodón con diseños distintivos, camisas, chales, bufandas y bolas de hilo. Esto fue un estímulo para que Quito se convirtiera en el centro de la industria textil de sur América.
La red comercial Yumbo se extendía desde la sierra hasta la costa. Sus rutas comerciales consistían en caminos ('culuncos') escondidos en la densa vegetación de las laderas de las montañas. Mucho tiempo después se convirtieron en caminos incas y utilizados posteriormente por los conquistadores españoles, los republicanos, los madereros, los comerciantes de licor de contrabando y de los trabajadores agrícolas de hoy.
La Tercera Sala es la principal, incluye toda la interpretación arqueológica de la nación yumbo, En la misma destacan los temas de la estratigrafía geológica local, el comercio, la arquitectura piramidal de las tolas, las redes viales, la cosmovisión, la geometría y los materiales culturales rescatados, a través de los cuales se identifica al hombre del subtrópico quiteño.
Los Yumbos estuvieron familiarizados con la astronomía, la geometría y la arquitectura. Las creencias de los Yumbos se encontraban en medio de tres mundos: el de las deidades celestes, el mundo terrenal y por debajo del mundo
Durante los solsticios y equinoccios Tulipe se convirtió en un centro ceremonial, ritual y religioso para la gente local para llevar a cabo rituales de iniciación, purificación, fertilidad y agradecimiento a la Madre Tierra.
Los Yumbos celebraban a la naturaleza en formas de cascadas, ríos y valles, ya que los consideraban sagrados. Los Yumbos caminaban con dos palos largos de madera, parecidos a los bastones de trekking usados actualmente. Ellos cargaban una canasta grande ('Chalo') en su espalda, ligeramente tejida con fibras naturales y con el apoyo de una banda alrededor de su frente. Las casas de los Yumbos estuvieron hechas de bambú.
En Tulipe abundan las "tolas" - pirámides truncadas de aproximadamente 20 metros (65 pies) de altura, su altura es una indicación de señorío entre los habitantes. Formado por la tierra y una mezcla de otros materiales, las estructuras más importantes tienen escaleras o rampas. Se cree que han sido tanto viviendas y áreas ceremoniales, con los sitios funerarios situados en las inmediaciones. Aspectos de la vida y la muerte para los Yumbos estaban inextricablemente entrelazados. Las 4 tolas principales y guardianas, situados en los 4 puntos cardinales de la brújula, la cara del Valle Sagrado de Tulipe y las "piscinas".
En este momento estamos en las piscinas, son una zona hundida geométricamente en forma de cuenca o de piedra con significado astronómico y religioso. Hay siete "piscinas" en Tulipe (1 piscina Inca): 2 semicirculares, 2 rectangulares, 1 plaza, 1 circular y 1 poligonal (en forma de jaguar yaciente).
La interacción de círculos, cuadrados y cruces formadas por sus posiciones y ángulos es culturalmente significativo. La pendiente de la 'piscina' y paredes suavemente hacia fuera en un ángulo de 15 grados para ayudar a la estabilidad. Una piscina 'contiene un monolito con el símbolo de la fertilidad fálica. Las "Piscinas" fueron conectadas por una red de canales para transportar el agua.
El agua fue un elemento clave de la vida Yumbo, con las dos propiedades curativas y purificadoras. Al igual que un gigantesco espejo que refleja el cielo y la grande 'piscina circular' permitía a los chamanes observar el paso del sol y la luna. Las aguas en la "piscina" en efecto, presos de la luna, atrapándola en el mundo de abajo. Los creyentes lanzaban pequeñas piedras del río en la piscina "como parte de un ritual, que recibiendo el espíritu del agua, que se manifestaba en los círculos concéntricos.
La geometría de la "piscina circular" es fascinante, su forma redonda un símbolo de la perfección, la eternidad y el infinito. El círculo imita tanto la forma de la luna llena y el sol y, posiblemente, la madre naturaleza en gestación.
Estaba formado por cinco círculos concéntricos de piedra, y los arqueólogos han descubierto una caída significativa de la sombra en la rampa de acceso en el 06 de mayo la fecha inmediata entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano y la fecha en que terminan las lluvias y el verano comienza. Una gran roca cerca al río tiene petroglifos con círculos concéntricos, espirales y diseños antropomorfos, que representan tanto a los órganos reproductores masculino y femenino que simboliza la eternidad y el infinito, la vida, la tierra, la humanidad, la divinidad y la fertilidad.
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